viernes, 26 de octubre de 2012

Liz Greene



del libro “Astrología de las relaciones”

El comportamiento masoquista es una manera de asumirla omnipotencia haciendo que los demás se sientan culpables e impotentes. Y también una forma de asumir el control mediante el hecho de hacerse más daño a uno mismo del que puedan hacerle los demás. Para el masoquista es importante contrarrestar los intentos de ayudarle (del terapeuta, por ejemplo) porque así puede mantener la ilusión de que es lo bastante poderoso para rechazar a los demás. Cuando un terapeuta trata con un cliente de esta clase ven sus propios sentimientos de desvalimiento e impotencia como una contra-transferencia, es decir, el cliente quiere conseguir que el terapeuta sienta la impotencia que él mismo no quiere sentir. Para el terapeuta puede terminar siendo éste tipo de encuentros un motivo de grave pérdida de confianza en sí mismo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Stéphane Hessel


Stéphane Hessel es de "libro": diplomático, escritor, militante de la resistencia, judío, torturado por la Gestapo, recluso en campos de concentración,... una vida intensa. Al hilo de esta marea social anima a indignarse y he ahí su librito de ideas de elocuente título.



“Reconozco que la violencia bajo cualquier forma que se manifieste es un fracaso. Pero es un fracaso inevitable porque nosotros somos un universo de violencia. Y si es verdad que el recurso de la violencia, con riesgo de perpetuarla, es verdad también que es el único medio de hacerla cesar (Sartre 1947). Pero a esto agrego que la no-violencia es un medio más seguro de hacerla cesar.”

“La pura brutalidad del régimen contra los activistas claramente no-violentos rebota políticamente contra la posición del dictador, causando disención en sus propias filas y fomentando el apoyo a los de la resistencia de parte de la población en general, de los que generalmente defienden al régimen y de terceras personas.”

“La violencia, aunque sea limitada, desviaría la lucha hacia un campo donde los dictadores tienen una ventaja abrumadora, la contienda armada.”

“El clandestinaje no sólo tiene sus raíces en el miedo sino que contribuye a aumentarlo. Al contrario, la franqueza en cuanto a planes e intenciones contribuirá a dar una imagen de que el movimiento de resistencia es en extremo poderoso. El problema es más complejo de lo que esto sugiere y hay aspectos significativos de las actividades de resistencia que van a requerir el secreto.”

domingo, 14 de octubre de 2012



Epicteto

 A Epicteto, esclavo (que no patricio, ni plebeyo) se le atribuye la difusión en el bajo Imperio romano de la escuela estoica (deriva del lugar en que Zenón hacía sus pláticas, la "stoa" del mercado ateniense). Influyó en personajes como Adriano, Marco Aurelio, Schopenhauer o un poco conocido Baltasar Gracián. Ahí quedan algunos de sus pensamientos.

El mundo se divide entre aquello que depende de nosotros y aquello que no.

Lo que turba a los hombres no son las cosas sino las opiniones que de ellas se hacen.

Acusar a los otros de nuestros fracasos es de ignorantes, no acusar más que a sí mismo es de persona que comienza a instruirse y no acusar ni a sí mismo ni a los otros es de persona ya instruida.

No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas como lleguen y prosperarás siempre.

Nunca digas con respecto a nada “lo he perdido” sino “lo he devuelto”. Mientras la vida te deje úsala como algo que no te pertenece, como los turistas disfrutan de los hoteles.

Si quieres no frustrar tus deseos debes sólo desear lo que depende de ti. El único amo es el deseo.

Acuérdate de que eres el actor en una obra teatral, larga o corta, en la que el autor ha querido hacerte entrar. Juega tu rol tan bien como sea posible.

Tú puedes ser invencible si no te engancha en combate alguno cuya victoria no dependa de ti.



Ferdinand von Schirach


Ferdinand von Schirach nació en Múnich en 1964. Desde 1994 ejerce como abogado defensor penalista en Berlín, donde se ha ocupado de algunos de los casos más notorios de los últimos años en Alemania y que más interés han suscitado en la opinión pública.”Crímenes” es su primera obra literaria.

“En un 90% de los casos los asesinatos se explican por dinero o por esperma.”

“Todo el mundo intenta vivir honestamente y hacer las cosas bien. Pero algunos llegan a una situación límite y no pueden reaccionar de otra manera, por ejemplo asesinato. No siempre se acaba en asesinato, pero ¿cuántas personas conoces que sufran en su matrimonio y que no se separan por motivos que vistos desde fuera parecen absurdos? Sólo tenemos esta vida, tan corta, y, sin embargo, la gente está dispuesta a ser infeliz.”

“Al final todo el mundo tiene un lado oscuro y otro luminoso y tú tienes que ver el conjunto. Cuando somos jóvenes tendemos a hacer juicios muy rotundos, pero la vida no es así. Al hacerse mayor ves más facetas.”

“El mal es un territorio muy oscuro, está detrás de una cortina, es algo que no podemos ver ni definir, misterioso.”

“Los crímenes políticos son injustificados. Son crímenes planificados en un escritorio, fríos, organizados. (otro nivel son) los crímenes de psicópatas, los enfermos, gente que tiene límites mucho más bajos para la reacción afectiva que nosotros. En una tercera categoría están las personas normales que en algún momento salen de la sociedad, toman un camino equivocado. No se diferencian de nosotros, pero les pasa algo y reaccionan así. Es difícil de explicar lo que les pasa por la cabeza.”


“Todavía amo al ser humano. Es parte de la condición humana convertirse en culpable de algo. No hace falta llegar al crimen. Todos decimos mentiras, engañamos, somos crueles. La culpabilidad forma parte del ser humano. El ser humano lo puede todo. Pero eso es sólo un lado de la moneda. Y también está el otro. Llega el momento en que dejamos de juzgar al ser humano. Nadie puede escapar a la culpa, es como respirar.”

“Lo importante es aprender a mirar sin prejuicios. Otro axioma es que no debes darte demasiada importancia a tí mismo.”

Ferdinand von Schirach tiene publicado “Crímenes” Ed. Salamandra

Fuente: El País Semanal 2011
 


domingo, 28 de septiembre de 2008

El Roto - Andrés Rábago


Andrés Rábago no es un viñetista, es un filósofo. En sus creaciones consigue sintetizar aquello que muchos pensamos, lejos del "pensamiento único". Esta es una selección de declaraciones en una entrevista donde habla de la medicina y la salud, declaraciones con las que estoy de acuerdo en gran parte. En su pensamiento se manifiestan conceptos de Edward Bach o Hahnemann, y, sobre todo, algo que me interesa mucho: la libertad de elección de terapia y de terapeuta. Considero que cada persona es muy libre de ir con su cuerpo, su mente y su "enfermedad" allá donde considere que le puedan ayudar. Y esto no es monopolio de nadie.


“Partimos de la base de que yo creo que la medicina es incapaz de curar. Puede aparentar que nos cura, pero no puede curar porque la medicina está a su vez enferma. Son muchos los factores que hacen que la medicina esté enferma. Para empezar, el médico no sabe quién es la persona que tiene delante, y ese desconocimiento le dificulta en muchos casos el saber cómo y porqué se ha producido una enfermedad”


“La medicina actual sigue basada en la idea equivocada del hombre como máquina, sofisticada últimamente con el lenguaje de la cibernética y la genética que no es sino otra manera de volver a engañarnos. Y lo que cuestiono es esta idea de la medicina de que seamos máquinas u ordenadores. No sólo lo pongo en duda, lo niego: no somos máquinas”


“Yo creo, y no estoy diciendo nada nuevo, que la medicina de hoy es un mero apéndice de la industria farmacéutica. ¡la medicina y la enfermedad la fabrican los mismos! La industria farmacéutica tiene un poder económico inmenso y su funbción básica es la de producir enfermedades, producir enfermos”


“Hoy en día ya nadie cree estar sano, aunque lo esté, aunque se sienta bien. Siempre puede haber alguna enfermedad oculta o desconocida que le convierte a uno en enfermo. Las enfermedades son en ocasiones formas de escape de situaciones difíciles. Muchas veces, enfermamos para escapar de una situación, porque no tenemos otro mecanismo de escape que a través de la enfermedad. Mi idea es que enfermamos sobre todo por nuestra forma de pensar”


“Yo creo que la medicina no tiene solución. Está en una situación límite y no tiene arreglo. Hay que reinventarla. Tiene que sufrir una transformación tan grande que debería dejar de lado muchos de los paradigmas en los que se funda. Iremos hacia otras formas de terapias distintas de las actuales. Lo ideal sería que cada uno de nosotros fuera su propio médico”


por Gonzalo Casino



Isaac Rosa


Seguridad y Miedo


Extraído de una entrevista con Isaac Rosa, autor de:

  • Adiós muchachos (1998, teatro)

  • El ruido del mundo (1998, novela)

  • La malamemoria (1999, novela)

  • Kosovo. La coartada humanitaria (2001, ensayo)

  • El vano ayer (2004, Seix Barral, novela). Premio Rómulo Gallegos 2005, Premio Ojo Crítico 2004 y Premio Andalucía de la Crítica 2004

  • ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil! (2007, Seix Barral, novela), reedición ampliada de La malamemoria (1999).

  • El país del miedo (2008, Seix Barral, novela)



“Existen miedos que tienen que ver con la vida urbana que en algunos casos consigues razonarlos y ponerlos en su lugar, y reconocer que están sobredimensionados. Te acompañan y condicionan tu comportamiento. Aunque una cierta dosis de miedo es necesaria para evitar peligros, incluso algunos cumplen una función educativa”


“... somos la sociedad más segura de la historia y, sin embargo, somos la sociedad más obsesionada con la seguridad. Cuanto más seguros objetivamente estamos, más inseguros subjetivamente nos sentimos, y demandamos más protección”


“Cuando uno alcanza ciertos niveles de seguridad y de protección aspira a una seguridad absoluta. Y esa búsqueda genera ansiedad. Vivimos un tiempo de incertidumbres que nos hacen sentir vulnerables, que a lo mejor no sabemos nombrar ni definir, que tienen que ver con la sociedad, lo económico, lo afectivo, y al final lo derivamos a otro tipo de inseguridades o amenazas más evidentes, cuando realmente la incertidumbre es otra”



“Hay una parte del miedo que está en nosotros y nos acompaña en este principio de siglo. El miedo puede acabar siendo un sentimiento cómodo. Se basa en la ignorancia, en el desconocimiento: tememos aquello que ignoramos, con lo cual temer algo puede ser una forma de no preguntar”


“Es (esta) una sociedad enganchada a todo tipo de pastillas porque no queremos sentir ningún dolor ni físico ni moral ni de sentimientos. Esto nos lleva a entregarnos a cualquier promesa de protección. Hace que en algunos casos renunciemos a aspectos vitales como la libertad. Aceptamos cosas impensables hace poco. Como nos protegen del terrorismo aceptamos que nos humillen en los aeropuertos, como nos protegen de los pederastas aceptamos que nos vigilen las comunicaciones”


“El sentido de todo poder político es que la ciudadanía se sienta amenazada, y van actualizando esos miedos porque necesitan que nos sintamos vulnerables. Que necesitemos de ellos. Es un uso por parte del poder político, pero también de cómo el Estado está fracasando en aquello en lo que prometía protegernos, y nos ofrece otro tipo de protección. Nos distrae de las inseguridades reales y nos hace pensar en otras como si fueran más graves”


“La mejor arma es el conocimiento. La primera tarea es ver qué está detrás de ese miedo, ponerlo en su sitio, ver si está sobredimensionado, ver a quién beneficia, ésa es una pista siempre a seguir. Por un lado puede beneficiar al poder político, pero por otro hay una serie de negocios como el de la seguridad privada que no para de crecer”


“Un exceso de protección puede privar a los niños de desarrollar mecanismos de defensa racionales. Les evitamos situaciones desagradables y cuando se enfrenten solos a una de verdad no saben cómo reaccionar. Hay que buscar el equilibrio entre defenderlos y que aprendan a defenderse”

por Winston Manrique Sabogal



domingo, 17 de agosto de 2008

Jeanne Moreau




Jeanne Moreau, actriz


Siempre me ha resultado una mujer triste, quizá por la personalidad de los personajes que interpreta. La recuerdo en una película con Depardieu, aquí titulada "Los rompepelotas", una mujer derrotada que cae en la trama de dos macarras. Pero para eso están las entrevistas: puedes descubrir la verdadera personalidad de alguien, hasta donde quiera dejarse "ver" o el lector sepa "entrever". Ha participado en casi un centenar de películas. Estas son algunas de las más celebradas:


"Con los años me he vuelto más generosa. Cuando eres joven te aferras al ego porque te sientes frágil pero, con el tiempo, adquieres flexibilidad. Comprendo mejor la naturaleza del otro. Y físicamente... ¿porqué hablar de la esclerosis? Hay algo más en el cuerpo; ante todo vivimos entre certezas y misterios. Yo nunca he detestado envejecer; es ineluctable. Amo el destino."


"Hay en mí un profundo laissez-aller, un profundo abandono. François Truffaut repetía una frase de Cocteau que siempre me ha gustado: “La contradicción es un lujo”. Podemos tomar decisiones y cambiarlas."


"La vida está hecha para progresar, aunque resulte duro, y cuando es muy larga, como la mía -yo no lo había previsto-, me digo que debe haber una razón. Nunca hay que dejarse llevar por lo convencional; es el gran peligro de todo ser viviente. He tenido una vida aventurera y no he buscado la fortuna ni la estabilidad. Nunca las necesité para sentirme segura, lo que no quiere decir que no haya vivido momentos de angustia, pero comprendí muy pronto que nada de eso tenía importancia. Es una actitud un poco mística y pagana... Con el paso de los años veo como la gente se estanca. Es la muerte antes de la muerte. Hay gente que resiste mal."


"Viví siempre más como un hombre, en el sentido de ser muy libre para mi época, pero lo pagué aprendiendo a transformar la soledad severa en un privilegio, en una riqueza. En cierta forma he sido un poco marginal; estar del lado de la minoría que expresa la verdad es mi naturaleza. Pero he tenido mucha suerte: he sido una insumisa y, pese a ello, aceptada por los demás."


por Cristina Carrillo de Albornoz