sábado, 5 de julio de 2008

Tennessee Williams


Entre sus mejores obras destacan “Un tranvía llamado deseo” (1947), “Verano y humo” (1948), “La rosa tatuada” (1951), “De repente, el último verano” (1950), “La gata sobre el tejado de zinc caliente” (1955) o “Dulce pájaro de juventud” (1959).
Por “Un tranvía llamado deseo” y “La gata sobre el tejado de zinc caliente” Tennessee Williams lograría ganar sendos premios Pulitzer.
En 1947 Williams, cuya homosexualidad fue destapada en su libro “Memorias” (1975), conoció y se enamoró de Frank Merlo. Merlo moriría de cáncer en 1961, sumiendo al escritor en una profunda depresión de la que jamás se recuperaría mentalmente, declive físico y mental agrandado por su adicción a las drogas y el alcohol y su tendencia a sufrir ataques de pánico.
A partir de los años 60 sus trabajos escénicos le reportaron menos éxito que sus títulos precedentes. Algunas de sus obras a partir de está década fueron “La noche de la iguana” (1962), “El tren lechero ya no para aquí” (1964) o “En el bar de un hotel de Tokio” (1972).



AMISTAD. Pero ¡qué palabra tan poco sonora (friendship) para lo que, a su debido tiempo, pasa a convertirse en el elemento más importante de la vida! Encuentro mucho más atractivo el nombre que los franceses dan a ese profundo sentimiento, sin duda profundo porque va más allá y existe al margen de la devoción física. La palabra en cuestión, amitié, abarca un espectro más amplio y tiene probablemente mayor hondura. Desde luego es un sentimiento delicado y naturalmente frágil, y ni qué decir tiene que no hay que descuidarlo.
(Memorias)


AMOR. Lo que llamamos amor y entendemos como tal es un concepto turbio, y lo es en varios sentidos. En lo personal, y con contadísimas excepciones, me temo que ha agotado más que henchido el depósito de mis emociones, y en más de un caso han conllevado también la suciedad y la vileza.
(Memorias)

Selección de Winston Manrique Sabogal

2 comentarios:

Santy Trombone dijo...

ya sabes lo que lo adoro, con toda mi alma...

pasaba por aquí dijo...

Sí Calamarín, pensé en tí cuando recogía estas frases. Es un pequeño homenaje al Tennessee Williams que eres :-)