domingo, 14 de octubre de 2012



Epicteto

 A Epicteto, esclavo (que no patricio, ni plebeyo) se le atribuye la difusión en el bajo Imperio romano de la escuela estoica (deriva del lugar en que Zenón hacía sus pláticas, la "stoa" del mercado ateniense). Influyó en personajes como Adriano, Marco Aurelio, Schopenhauer o un poco conocido Baltasar Gracián. Ahí quedan algunos de sus pensamientos.

El mundo se divide entre aquello que depende de nosotros y aquello que no.

Lo que turba a los hombres no son las cosas sino las opiniones que de ellas se hacen.

Acusar a los otros de nuestros fracasos es de ignorantes, no acusar más que a sí mismo es de persona que comienza a instruirse y no acusar ni a sí mismo ni a los otros es de persona ya instruida.

No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas como lleguen y prosperarás siempre.

Nunca digas con respecto a nada “lo he perdido” sino “lo he devuelto”. Mientras la vida te deje úsala como algo que no te pertenece, como los turistas disfrutan de los hoteles.

Si quieres no frustrar tus deseos debes sólo desear lo que depende de ti. El único amo es el deseo.

Acuérdate de que eres el actor en una obra teatral, larga o corta, en la que el autor ha querido hacerte entrar. Juega tu rol tan bien como sea posible.

Tú puedes ser invencible si no te engancha en combate alguno cuya victoria no dependa de ti.

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