jueves, 5 de junio de 2008

Alejandro Jodorowsky


Un libro que recomiendo, a quien considero que pueda "necesitarlo" es "Psicomagia" de Alejandro Jodorowsky. Es un libro rompedor, transgresor, a veces inquietante, no apto para mentes con escaso horizonte. A partir de la página 70 (en edición de bolsillo) resulta muy innovador. Pero insisto, es para los que gusten de lecturas que no superen los límites de sus escrúpulos. Este tipo de libros está escrito para librepensantes, para quienes el mundo no se limita a lo que pueden ver sus ojos. Tema aparte es que se crea o no en lo que se cuenta en ellos, pero eso es lo de menos. Porque en definitiva, ¿qué es la realidad?. Respondo: aquello que nos da seguridad, aquellos que necesitamos que sea verdad. Aquí reproduzco un trozo de autoentrevista de Jodorowsky a si mismo, claro. Fue publicada en el fanzine Monograficos.com, que también cuenta con una web bajo el mismo enunciado. También recomiendo el clásico de Erich Fromm "El miedo a la libertad": no pasa de moda, porque el género humano no evoluciona, sólo cambia el atrezzo.

- ¿Es verdad que tú eres muy valiente porque siempre estás afrontando el escándalo?


- Estoy muy contento, Alexandro, que me hayas hecho esta pregunta. No soy "valiente". Por el contrario, soy extremadamente miedoso. Pero debo aclararte que para mí, miedoso no es sinónimo de cobarde ni de angustiado. Asistí a una conferencia de Erich Fromm donde este sociólogo expuso la diferencia entre la angustia y el miedo. Se tiene angustia cuando no se sabe a qué se teme. La sociedad actual es una sociedad angustiada porque no quiere enfrentar sus problemas.
Históricamente hemos ido sufriendo muchos contratiempos que han sido verdaderas patadas para nuestro orgullo humano. Nos arrojaron del centro del universo probando que el Sol no giraba alrededor nuestro. Luego supimos que el astro rey era muy pequeño, que estábamos existiendo en una ínfima galaxia, que éramos una mota de polvo perdida en la inmensidad del infinito. Freud destronó a la "razón" y nos demostró que éramos dominados por el inconsciente. Marx nos reveló que casi todos los problemas no tenían raíz en el "alma", sino en la realidad económica... el alma podía mejorar si el país tenía una economía bien dirigida. Gudjieff, en el terreno esotérico, afirmó que nada hacemos, que todo no sucede; que somos máquinas... etc. La civilización occidental sólo nos enseña a vivir, pero rehuye enseñarnos a morir. Todo lo que tenga que ver con desintegración o muerte es considerado negativo...

El hombre actual está angustiado. No sabe, repito, a qué le teme. No se deja hipnotizar por miedo a comportarse de una manera extraña, ni quiere ir al psiquiatra porque le pueden decir lo que es y él tiene angustia de saber qué es en realidad. Fromm aconseja transformar esa angustia en miedo. El miedo es el temor a algo "conocido". Un angustiado se oculta en su concha y no lucha contra el mundo. Un miedoso sabe quién es su enemigo y lo combate. Un cobarde sabe quién es su enemigo pero no le presenta pelea. Un cobarde es un ser despreciable, quizás mucho más que el angustiado. Un miedoso es un ser positivo. Ahora bien, un valiente, el que no teme a nada, es un inconsciente o un idiota. Es el falso superhombre que se inmola inútilmente sin decirse que su deber es mantenerse vivo la mayor parte de su vida para luchar incansablemente. Es más difícil vivir que morir...
La mayor parte de los ciudadanos, no tienen vergüenza de su angustia porque la ocultan bajo el alcohol o los demás narcóticos y transforman su angustia en un "patín loco" o en una "onda formidable". Si tienen vergüenza del miedo y se hacen pasar por héroes (de tertulia). Se necesita humildad para decir: le temo a mis enemigos, son fuertes, son poderosos; a veces tienen la razón en las críticas que me hacen; pueden dañarme, etc. Aceptando al enemigo exterior e interior... - (soy egoísta, tengo núcleos homosexuales, poseo un complejo de Edipo no resuelto, mi aparente inferioridad esconde un sentimiento narcisista de supervalía, etc) - puede entablarse con él una provechosa batalla. Si afronto el escándalo no es porque sea valiente, sino porque he vencido a mi angustia.

- Mira, Alexandro, yo te conozco desde que naciste y a mí no me engañas: ¡Tú buscas el escándalo como forma de expresión! No te interesa la obra que produces, sino el efecto que ella va a causar. Tratas de agredir para que te "noten".


- Tus frases, Alexandro, prueban lo que dicen los derviches árabes: "El peor enemigo que tenemos somos nosotros mismos".
También, al agredirme así, me demuestras que la agresión es afectividad. Quien agradece mucho lo hace porque tiene una carga afectiva inconsciente que no puede expresar. Estoy seguro que la gente que odia a los negros tiene una inferioridad sexual respecto a ellos; a estos racistas les gustaría tener los atributos de la raza a la que persiguen. Tú me atacas porque me quieres. Quisieras que yo fuera lo mejor que hay en el mundo. Pero como el mundo tiene infinitos centros y nadie puede ser el mejor, te decepcionas de mí porque no puedo ser "héroe". Si en realidad me amaras sanamente, me aceptarías como soy, ni muy grande ni muy pequeño.
No intentes "mejorarme". Mejor trata de "aceptarme". Una planta es bella aunque no de duraznos. Si a un helecho le pides duraznos, terminas por matarlo. La hierba es bella siempre que no le exijas flores. Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo.
Nunca busqué el "escándalo". Producir un escándalo en esta sociedad escandalosa es lo más difícil que hay. Todos los artistas superficiales han tratado de hacerlo: desde exponer un urinario como escultura (Marcel Duchamp) pasando por colgar una red descuartizada como decorado de Ballet (Maurice Bejart) hasta hacer pintar a unos erizos (Dalí). La sociedad absorbe estos escándalos formales, salen tres o cuatro artículos en los periódicos y no pasa nada.
La única posibilidad de escandalizar actualmente es tratar por todos los medios de no hacerlo. Tratar de expresar la VERDAD. En una sociedad de mentirosos, la VERDAD es escándalo. En una sociedad degenerada, la HONESTIDAD es escándalo. En una sociedad enferman, la SALUD es escándalo., En una sociedad hipócritamente religiosa, el VERDADERO MISTICISMO es escándalo.
Si mis obras han escandalizado, debo sentirme orgulloso, no del ruido que han hecho, sino de que, hiriendo, prueban que algo tienen de verdadero.
El primer escándalo de nuestra civilización es Cristo. Los evangelios son la historia del gran escándalo que provocó un Dios diciendo verdades tan humanas que fue crucificado. No ha habido una sola idea, doctrina, arte que haya nacido tranquilamente si tenía valores. La verdad al nacer ilumina tinieblas. Estas tinieblas se convulsionan y agreden. Lo nuevo en cultura es sinónimo de destrucción de otras culturas. Los que hacen el escándalo no son los creadores, sino los perezosos que, al no querer cambiar, se aferran a su enfermedad y podredumbre y segregan, como lo hace un organismo, anticuerpos para acabar con lo nuevo. Para un cuerpo enfermo, las medicinas con como un veneno que matará a los gérmenes nocivos. Dolor y muerte son los padrinos de cualquier nueva vida.


2 comentarios:

Santy Trombone dijo...

Lo que es un verdadero escándalo es la manipulación del hombre (vaticano) sobre los evangelios, todo es mentira, ninguno de los evangelistas escribió nada en absoluto, fueron generaciones muy posteriores los que según oídas de sus antepasados hicieron lo que hoy llaman algunos “sagradas escrituras” que por cierto se contradicen entre si, (como se explica eso?)

pasaba por aquí dijo...

Está claro que todo lo que está escrito lo es por el hombre, y respecto a la religión es una manipulación castradora de la libertad y el libre pensamiento. No sé de otros "libros sagrados", pero la biblia es un contínuo de ira, frustración y sebtimiento de culpa. El libro de Jodorowsky no encierra ninguna verdad (yo no creo en la verdad) pero es un libro hecho desde su más libre pensamiento: ha escrito lo que le ha dado la gana.